viernes, 6 de junio de 2014

RECORRIDO

Desperté en un llano castaño, con el sol en mi regazo, sin recordar que hacia allí, escuché un llamado en el abismo, fui detrás de aquel susurro, luego bajé la mirada y vi que este llano dejó de ser castaño para verse como uno repleto de trigo, enseguida crucé el abismo con cuidado, me encontré con un ojo inmenso que tenía el color de la madera de la qué recuerdo cómo mi primera cuna, me detuve un momento para ver a través y choqué con un alma cabizbaja, insegura, derrotada;  inmediatamente me causó curiosidad lo que sucedía, seguí mi camino para investigar, bajé los escalones tropezando con una nariz pequeña pero redonda, atractiva para muchos, poco agradable para mí, me deslicé por las mejillas cayendo en suaves labios de pálido color y grietas de muerte, desenterré carne e historias desgarradoras y excitantes, bajé una cuerda teniendo la mente algo perturbada, me posé en la clavícula derecha para observar el panorama, ese que está lleno de ingratitud. La conclusión de este viaje fue entender que los más cercanos a esta cima simplemente tienen vendas y cadenas que no les permiten venir a explorar un poco más, sin embrago, yo me arriesgué a explorar mi cuerpo, que encantador y sorpresivo recorrido. 

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