Desde hace varios años se ha consolidado un evento deportivo como foco de creatividad publicitaria, llamado Super Bowl. Debido a la extraordinaria audiencia que recluta y a la fama que ha ganado como espectáculo televisivo, 30 segundos de pauta equivale a 4 millones de dólares; esta cifra logra ponernos en contexto sobre la magnitud de su efecto social y económico.Este negocio deportivo basado en el entretenimiento lleva consigo actividades comerciales masificadas y evolutivas incluso internacionales, lo cual no deja de sorprender a la industria del ocio. Por ello, las agencias de publicidad mundiales encaminan a sus clientes hacia este fenómeno deportivo, donde se establecen objetivos de rentabilidad claros buscando la forma de resaltar una ventaja sostenible y diferenciadora. En estas estrategias se busca obtener un alto grado de rating y por ende mayores ingresos, pero principalmente se busca expandir el conocimiento de marca, promociones, nuevos productos o sostenimiento de imagen. Se sabe que los consumidores deportivos son cada vez más variados y complejos, por eso es necesario cautivar su interés por medio de convergencias digitales y sensoriales, para generar una comunicación satisfactoria entre el anunciante y su público, así que tanto los asistentes al evento, los medios, las grandes corporaciones y publicistas se preparan para el lanzamiento de los mejores y más novedosos spots con gran contenido creativo y persuasivo. Los medios de comunicación se han encargado de difundir el evento a tal punto que muchas marcas desean tener su participación y hacer parte de la economía del deporte.
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